Científica destacada 2018: “Con poca inversión hacemos grandes investigaciones en Costa Rica”

Microbióloga acumula 30 años de estudios y publicaciones

Jeffry Garza [email protected] | Viernes 31 agosto, 2018

María Laura Arias posa en un sillón sobre una pared púpura — Esteban Monge/La República

Un estudiante suyo, sin avisarle, la nominó para el premio a Científica Destacada 2018, entregado cada dos años por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Hoy, María Laura Arias, microbióloga de la Universidad de Costa Rica, celebra el atrevimiento de su pupilo Carlos Mora, pues le permitió erigirse como la ganadora de dicho galardón.

Arias lleva 30 años dedicando su tiempo a la investigación orientada a la inocuidad y estudio microbiológico de distintos tipos de alimentos, y poco menos a la cátedra en los centros de estudios.

Además ha sido parte de múltiples jornadas en temas relacionados con la parasitología, control de infecciones, inmunología, toxinas bacterianas, tópicos en microbiología industrial y veterinaria, así como efectos y aplicaciones de las bacterias asociadas a productos alimentarios industriales.

En medio de muchas colegiales que la acompañaron en la premiación, recibió a LA REPÚBLICA poco después de recoger el reconocimiento.

¿Qué méritos siente que tuvo para ser honrada con el premio?

Son 30 años de investigación en un laboratorio que cuando empecé era mínimo y que desde entonces ha crecido de manera importante. Ahora el laboratorio de microbiología es acreditado y hemos llegado a ser un grupo de trabajo que sirve como ejemplo para las demás facultades en la universidad.

¿En esos 30 años cuál ha sido su mayor logro?

Mi trabajo más intenso ha sido durante los últimos seis u ocho años, sobre todo en la investigación de la bacteria Arcobacter. Es indispensable conocer de esta bacteria en la industria alimentaria, ya que es el pollo el que la transmite y a nivel clínico produce enfermedades como diarrea, especialmente en niños.

¿Qué es lo que más la llena de ese trabajo arduo de investigación?

Me gusta que todos los días puedo hacer cosas diferentes y que me agradan muchísimo. Es una profesión que te permite crecer hasta donde uno quiera, las posibilidades son casi infinitas.

Ha escrito más de 100 artículos para la comunidad científica, ¿de dónde saca tantos temas para un área tan especializada?

El mundo de los alimentos y el agua es grandísimo. Mis primeras publicaciones fueron sobre ventas ambulantes: había que analizar los granizados, los quesos, las empanadas y las frutas… fue un proyecto monstruosamente grande que derivó en el descubrimiento de varios patógenos que era necesario investigar.

En los artículos hablaba sobre cómo se comportaban los patógenos, cómo sobrevivían, cómo reaccionaban a los antibióticos y también sobre temas diversos como farmacia, citocromos y productos químicos que tienen características antibacterianas y antitumorales importantes.

¿Merecen los científicos la popularidad de los deportistas o artistas famosos?

Somos invisibles, pero nuestras publicaciones no. Hay que aspirar a publicar en revistas muy buenas a nivel mundial, darnos a conocer.

Para ser reconocidos en Costa Rica, la responsabilidad es de ustedes los medios de comunicación; sin embargo, nos falta exteriorizar más para que la población conozca más sobre estos temas. Desde las universidades hacemos gran diversidad de trabajos.

¿Cómo cree que motiva a sus estudiantes mujeres y a las niñas a inclinarse por carreras científicas?

Quisiera decirles que la única que detiene sus sueños son ellas mismas. La vida es difícil y está llena de obstáculos, pero sortearlos depende de uno mismo. Deben aspirar a ser las mejores en lo que hacen.

¿Qué opina de que en Costa Rica se invierta tan poco en investigación y desarrollo?

A pesar de que no es la inversión más fuerte y de que estamos cortos de fondos, siempre ha existido la voluntad de hacer cosas buenas. Si tuviéramos más dinero podríamos hacer investigaciones con equipo más novedoso, pero con el conocimiento y la gente que tenemos, con poquito, podemos hacer mucho.