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Chile cambia presidente ¿y el rumbo?

Arturo Jofré [email protected] | Viernes 11 diciembre, 2009



Chile cambia presidente ¿y el rumbo?

La Concertación ha gobernado Chile por 20 años y este domingo se enfrenta al juicio del electorado, esta vez con un escenario muy nublado. La crisis global no es la causa de este infortunio, al contrario, esta puso a prueba al gobierno y de ella ha salido muy fortalecido. La Presidenta está concluyendo su mandato con un alto nivel de aprobación: superior al 80%. No siempre fue así, en sus primeros años llegó a tener un escuálido 35%.
La Concertación es un conglomerado de partidos de centro izquierda en que han predominado la democracia cristiana y el socialismo. Dentro de los partidos se han dado divisiones incontrolables por las cúpulas partidarias y la elección del candidato vino a agravar la situación. Resultado: la Concertación que eligió a Bachelet y a los anteriores presidentes hoy se presenta ante el electorado con tres candidatos (las encuestas lograron desestimular a otros dos).
El gobierno del ex presidente Frei Ruiz Tagle, actual candidato de la Concertación, fue en cierto modo opacado por el éxito que tuvo Aylwin en el proceso de transición a la democracia y por los recientes gobiernos de Lagos y Bachelet. Ahora Frei ha centrado su candidatura en torno a los logros de Bachelet, pero esto no ha sido suficiente. Frei tiene poco carisma y su herencia política proviene de su padre, el ex presidente Frei Montalva, quien fue asesinado por la dictadura.
La oposición de derecha va unida en torno a Sebastián Piñera, quien proviene de una familia democristiana y sus planteamientos se acercan al centro, incluso votó en el referéndum por el “No”, lo que significaba terminar con Pinochet. Piñera es uno de los personajes más ricos del país, no por herencia sino por el éxito en sus negocios, lo cual ha sido su talón de Aquiles, ya que la relación política-negocios en Chile es vista con mucha suspicacia.
Hay que entender que la derecha chilena, como la izquierda, ya no se ubica en el extremo, ambos sectores han aprendido que para gobernar un país hay que buscar coincidencias en áreas fundamentales y esto ha permitido un buen nivel de gobernabilidad en democracia. Es obvio que ambos sectores han tenido que ceder en sus posiciones.
Piñera ganará el domingo y es probable que se acerque al 40% de los votos, pero no le será suficiente para alcanzar la presidencia y tendrá que ir a un duelo de segunda vuelta, probablemente con Frei. El fantasma de Frei ha sido Enríquez-Ominami, quien salió al exilio en el vientre de su madre cuando durante la dictadura asesinaron a su padre, un dirigente revolucionario. Su discurso no mira al pasado, ataca con dureza la forma tradicional de hacer política, es hábil, capaz, audaz, pero no tiene una plataforma política que lo sustente ni experiencia que dé confianza.
Chile seguirá su rumbo, la sociedad ha llegado a establecer una especie de pacto no escrito que permite visualizar que los cambios se hagan dentro de un marco de equilibrio. Hay grandes desafíos: delincuencia, salud, educación y, a pesar de los buenos índices internacionales en temas como corrupción, la ciudadanía es rigurosa en su juicio cuando aparecen actos de este tipo.

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