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Catarsis de deportista reprimida

Laura Centeno [email protected] | Lunes 09 marzo, 2020


En este mes de marzo que es el Día Internacional de la Mujer, les advierto mis queridos lectores, que no voy a escribir felicitaciones, ni consejos prácticos, ni frases motivacionales para todas aquellas mujeres que hacen malabares para salir adelante en los múltiples roles que cada una ha elegido o le ha tocado asumir. Me di la licencia de hacer catarsis interna, o una especie de exorcismo, para liberar mi ira reprimida por el trato injusto que reciben las mujeres deportistas en el país y en el mundo. Una vez dejando claro mi objetivo, está en su libertad si desea continuar leyendo; sin embargo, si es hombre, por favor regáleme unos minutos de su tiempo y ayúdeme a sacar mi frustración porque sin su apoyo, es misión imposible.

Yo confieso que estoy enojada (y lo peor es que ni siquiera me arrepiento). Según el reporte del Foro Económico Mundial del 2016, tendremos que esperar aproximadamente hasta el año 2186 para que el mundo pueda vivir igualdad en educación, salud, supervivencia, oportunidades económicas y poder político entre hombres y mujeres. Yo no tengo paciencia para esperar tanto tiempo, ocupamos hacer algo antes de morir porque leí por ahí, que algunas religiones ya ni siquiera aceptan la existencia del purgatorio y tenía al menos la esperanza de estar ahí un tiempito cuando ya me vaya de este mundo.

Aunque sí hemos ido ganando muchas batallas a través de cientos de años de historia en el ámbito político, económico y social, no voy a pasar por alto este momento para referirme especialmente a las enormes brechas que viven las mujeres en el mundo deportivo (ya siento cómo mi cabeza empieza a dar vueltas en 360 grados como Linda Blair).

Entre el año 2019 y 2020, muchas ticas fueron noticia de importantes logros en diferentes disciplinas: Andrea Vargas, medalla de oro en atletismo en Juegos Panamericanos 2019; Sabrina Formal, primera mujer piloto en Grand Prix de Panamá; Hanna Gabriels Campeona Mundial en las 154 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (desde hace 10 años); la Selección Mayor Femenina de Futbol con medalla de bronce en los juegos Panamericanos Lima 2019; el equipo femenino del Saint Joseph School “Sharks”, Campeonas en el Mundial de Porrismo en Estados Unidos 2020 y muchas más.

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La ministra de la Condición de la Mujer, Patricia Mora comentó en septiembre pasado que los éxitos alcanzados recientemente deben estimular “la profesionalización en el deporte competitivo, de manera tal que puedan entrenar y competir en condiciones idóneas y en igualdad con los hombres”.

De momento, lo que tenemos es una gran cantidad de campeonas, que finalmente se han dado a conocer en los medios de comunicación (esto ya es un logro importante porque antes ni siquiera teníamos cobertura de las noticias deportivas); sin embargo, no ha existido un cambio en la mentalidad de la industria para el patrocinio formal a atletas y equipos femeninos, ni mucho menos en los premios para competencias abiertas al público. Como por ejemplo:

• Todavía existen carreras, por ejemplo, en ciclismo de montaña, o la de atletismo de relevos a Puntarenas en donde se paga inscripción, pero resulta que la premiación es solo para las categorías masculinas, ¿y nosotras?, nos ganamos un banano y una medalla de participación porque “no hay suficientes mujeres competidoras para premios en categorías femeninas”. Esto es simplemente inconcebible, e incluso debería de ser ilegal (ya siento la cara verde y a punto de vomitar el teclado).

• Hace pocas semanas un árbitro dijo en TV nacional que el futbol es deporte de hombres (pues inicialmente así fue), cuando se percata del error (todos nos equivocamos de vez en cuando) pide una disculpa, (hasta ahí vamos bien), pero termina de arruinar su comentario al decir que lamentablemente ahora existe exceso de susceptibilidad feminista. Lástima que no pidió simplemente la disculpa y pasamos de página, porque no se trata de herir nuestro ego, es de erradicar los micromachismos y para eso, a veces tenemos que levantar la voz para que nos tomen en serio.

• A finales de febrero, se dio a conocer la noticia en donde para las eliminatorias de los Juegos Deportivos Nacionales en la categoría Prejuvenil Femenina varias ciclistas de Limón no podrán participar porque el ICODER y FECOCI le concedieron al Comité Cantonal de Deportes y Recreación de Limón solo 7 días para planear, coordinar, obtener permisos y realizar la eliminatoria cantonal para la selección femenina.

• La marca Nike, que promueve conmovedores anuncios publicitarios de empoderamiento femenino en los deportes, con Serena Williams, “Dream Crazier” (ver links abajo) elogiando los grandes hitos deportivos de las mujeres bajo su marca, resulta que hipócritamente suspende contratos de patrocinio a atletas que no logren un alto rendimiento por cualquier motivo (incluyendo embarazo) o reduciendo el 70% el monto pactado del contrato de patrocinio, como le sucedió a la corredora Allyson Felix, quien ni siquiera con sus seis oros olímpicos y más títulos mundiales que ninguna otra atleta en la historia, finalmente optó denunciar públicamente el trato discriminatorio de la empresa hasta que la marca Athleta le ofreciera un contrato en donde le garantizaba mantener su salario y seguro médico en períodos de maternidad. Otra corredora Nike, Alysia Montano tuvo que correr embarazada de 8 meses (aunque muchos la elogiaron por mantenerse activa a pesar de su abultado abdomen), la realidad es que los deportes de élite no son aptos en estado de maternidad, porque llevan al cuerpo a límites que sobrepasan la salud. Para no perder su patrocinio, con bebé recién nacida, tuvo que competir en China y enviar leche materna congelada hasta Estados Unidos. Finalmente, la presión mediática de estas atletas “locas” que se enfrentaron a la marca líder deportiva mundial lograron que Nike cambiara sus políticas con respecto a la maternidad de sus atletas. Pero aún sigo resentida con la marca y no he comprado sus productos después de este escándalo.

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Por eso, ¿qué vamos a hacer nosotros? (hombres y mujeres) para librarnos de la injusticia y exorcizar este mundo machista que aún mantiene grandes desigualdades en el ámbito deportivo. Tenemos que apoyar eventos justos. ¿Cómo?, averiguando cuáles son los premios para participar en los que exista equidad entre las categorías. Aunque participemos con afán recreativo y no por ganar podios, deberíamos inscribirnos en actividades que premien justamente a las mujeres y comprar productos o servicios de marcas que mantengan políticas firmes de equidad de género.

Una noticia que me llenó de alegría fue que La Casa del Pie está organizando una carrera llamada Podo Run y con el objetivo de hacer más justa la premiación, repartieron los montos entre todas las categorías, a pesar de que eso afectaría el monto de la premiación masculina. Espero que este sea el ejemplo e inicio de un cambio en todos los eventos deportivos a partir de ahora en adelante y que participemos en estas iniciativas.

Gracias por la paciencia de leerme. Al menos me siento un poco más desahogada emocionalmente, liberé algunos demonios de deportista reprimida ante la frustración de la injusticia a tantas atletas desde amateur hasta élite en el mundo. Unamos esfuerzos para dejar a nuestros hijos una sociedad equitativa e inclusiva. Si considera que podemos promover otras iniciativas, no dude en contactarme a [email protected]

¡Amén!


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