Campeones de Desigualdad en la Distribución de Riqueza
Daniel Suchar Zomer [email protected] | Martes 28 noviembre, 2023
Daniel Suchar Zomer
Analista Financiero. Profesor Universitario.
En las últimas dos décadas, Costa Rica ha enfrentado el desafío persistente de cerrar la brecha de desigualdad económica, reflejada en su Coeficiente de Gini con 0,48, según la última medición de la OCDE (Organismo de Cooperación y Desarrollo Económico). Detrás del país, México (0,42) y Turquía (0,41) acompañan este nefasto pódium.
Es necesario para abordar la desigualdad, utilizar un diagnóstico claro y contundente como el que arroja el Estado de la Nación, donde uno de ellos, es que el 20% de los hogares de mayor poder adquisitivo, se dejan hasta un 50% de los salarios del país. Se habla de ¢8,7 billones de los ¢16 billones que se transfieren a los trabajadores por año en Costa Rica.
Para poder empezar a cerrar esa nefasta brecha en la repartición de la riqueza, es URGENTE poder plasmar e implementar una serie de acciones conjuntas para que la población obtenga mejores salarios y así, poder mejorar aquel coeficiente que coloca a Costa Rica como los Campeones de este, dentro de OCDE.
Los más de 40 programas de asistencia social aun siguen manteniendo una pobreza por encima del 22% sin mejora alguna. Estos desempeñan un papel crucial en la protección de los sectores más vulnerables de la sociedad y, por ende, se debe evaluar la efectividad de los mismos y ajustarlos según sea necesario para garantizar que lleguen a quienes más los necesitan. Estos deben fomentar la autonomía económica y la inserción laboral, clave para romper el ciclo de la pobreza. ¡¡¡Cantidad no es lo mismo que calidad !!!...
En paralelo, el fortalecimiento del sistema educativo se presenta como una estrategia clave. La inversión en educación de calidad es una herramienta poderosa para reducir las desigualdades de habilidades y oportunidades. Garantizar un acceso equitativo a la educación en todos los niveles, nivela el terreno de juego y facilita la movilidad social a largo plazo. Pero destinar un 8% del PIB sin ningún tipo de revisión ni rendición de cuentas, es un cheque en blanco ya conocido por el país y que, el Estado de la Educación lo deja en evidencia en su documento del pasado mes de Agosto.
Las políticas laborales también merecen atención. Fortalecer las leyes laborales para asegurar salarios justos y condiciones de trabajo adecuadas contribuye a mejorar la calidad de vida de la fuerza laboral. Aquí es sumamente importante retomar la Ley que promulgue la implementación de las Jornadas Excepcionales (Conocidas como 4x3) para que el modelo de desarrollo de Zonas Francas cuente con mayor marco jurídico para seguir siendo un imán de atracción importante y necesaria para el país. Los empleos directos e indirectos, como encadenamientos que se producen, ya sobrepasan el 15% del PIB del Costa Rica.
La cuestión de la vivienda no puede pasarse por alto. La implementación de programas de vivienda asequible y la competencia del mercado inmobiliario, a través de tasas de interés mucho más benevolentes, llega a ser una estrategia efectiva para acumular riqueza y proporcionar estabilidad financiera a las familias.
Para abordar las disparidades regionales, la receta es clara y trillada. Inversión en infraestructura y el fomento de oportunidades económicas en estas regiones, serán siempre un motor de reducción de las brechas regionales y promover un desarrollo a través de Zonas Francas en todo el país, y evitar caer en trámites burocráticos que dilatan esas inversiones. Allí esta el camino correcto que se debe tomar.
Otro de los aspectos importantes, es la de incentivar al sector de PyME’s (son +90% del Parque Empresarial de Costa Rica), a través de una Banca para el Desarrollo que sea mucho más flexible y apunte en la generación de empleo y promover el desarrollo económico. Para ello, debe facilitar el acceso a créditos y recursos para emprendedores hacia la creación de una base económica más diversificada. Sin olvidar las Cargas Sociales, que son otro tema vastamente conocido y que desangran a este sector como cualquier otro en el país.
En el ámbito de la tecnología, Costa Rica tiene que considerar estrategias que fomenten la innovación y la digitalización. Hablar de Tecnología 5G es sinónimo de asegurar que los beneficios de la revolución tecnológica se distribuyan de manera equitativa puede contribuir a reducir las disparidades económicas.
La formación y capacitación de habilidades deben ser una prioridad. Invertir en programas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas por sus siglas en Ingles) y un país bilingüe desde sus instituciones públicas, mejorarán sin lugar a duda, las habilidades de la fuerza laboral aumentando la empleabilidad con nuevas oportunidades económicas para diversos sectores de la población.
Finalmente, la participación ciudadana es clave para mejorar el Coeficiente de Gini. Fomentar la conciencia sobre la desigualdad (menos resentimientos sociales y más proactividad) promoviendo la participación de la sociedad en la toma de decisiones económicas y sociales, garantiza que las políticas implementadas reflejen verdaderamente las necesidades de la población.
Pero, sobre todo, enfocarse en la educación hacia los jóvenes (menores de 35 años) y en aquellos que representan casi el 80% del desempleo del país (Muchachos con solo título colegial o menos), que muchos aspiran a ser “actores de redes sociales” o esperar en sus casas cómodamente el “trabajo de sus sueños”, en lugar de tomar un puesto de trabajo digno para empezar a generar experiencia laboral y con ello, forjar disciplina, responsabilidad, respeto y constancia en un lugar de trabajo.
Cerrar la brecha de desigualdad en Costa Rica requiere un enfoque integral y coordinado. La combinación de todo lo anterior sienta las bases para una sociedad más equitativa y próspera, con acceso a mayores ingresos per cápita. Es imperativo que estas estrategias se adapten a la realidad única de Costa Rica y se implementen con flexibilidad y compromiso a largo plazo. De no ser así, los costarricense seguirán siendo los Campeones de la Desigualdad en términos de repartición de riqueza.