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Campanazo de salida

Pedro Oller [email protected] | Martes 26 julio, 2011



Campanazo de salida

Hay que seguir muy de cerca lo que ocurre en Gran Bretaña. Atañe temas financieros, como siempre, pero más bien personales. El escándalo de News of the World debe seguirse de cerca y hay una obligación innegable para que Costa Rica reaccione ante tales acontecimientos.
Una descripción breve de los precedentes: El tabloide de domingo News of the World, propiedad de las empresas del magnate australiano Rupert Murdoch, se abocó durante un plazo que aún no está claro, a la escucha de los mensajes de voz dejados en los buzones celulares de distintas personalidades. Como ver fotos en Facebook de conocidos, aunque eso aún no sea ilegal.
La lista de denunciantes arranca con la familia real británica en 2005. A partir de 2009 en que un medio competidor —The Sun— reportaba que el tabloide había tenido que indemnizar a numerosas otras personas, entre ellas Sir Alex Ferguson, el asunto empezó a desbordarse y varias personas empezaron a buscar protección legal por medio de medidas de cautela y demandas en contra de la empresa.
Ellos incluyen a la actriz Sienna Miller y al actor Jude Law, a los familiares de las víctimas del atentado en contra de las Torres Gemelas del 9/11 en EE.UU. y hasta al ex primer ministro británico Gordon Brown, quien denuncia que el tabloide se enteró y sacó provecho indebido de que su hijo Fraser sufría fibrosis quística, una enfermedad genética que afecta a los sistemas respiratorio y digestivo.
El imperio Murdoch, un acomodado australiano que heredó periódicos de su padre allá, fue creciendo a partir de la muerte de su progenitor y convirtiéndose en un líder. The News se volvió un periódico dominado por el sexo y los escándalos, cuyos titulares incluso se le atribuyen a Murdoch.
Conforme The News crecía, él compraba otros medios y los convertía a la misma fórmula de “éxito” que había descubierto y le reditaba enormemente: violencia, delitos, sexos, escándalos, historias light y titulares provocativos.
Nadie niega la valía del periodismo como profesión. La contribución, como decía Ortega y Gasset, de su Quinta Columna es indoblable. Se les debe en mucho el país que vivimos hoy en día y nuestras realidades individuales que, en pequeña o gran medida están influidas por los medios.
Ocurre, y he sido objeto consuetudinario desde que este diario abrió su página en Internet, de críticas, agresiones, insultos y violaciones por las razones más variadas. En virtud de los acontecimientos recientes en Costa Rica, el ataque ha ido en aumento y de ahí, pido disculpas a mis lectores por mis ausencias.
¿Es esto válido y justo. Hasta donde pueden los periodistas, en aras de ganar como News of the World, enriquecer la chequera de sus dueños, la suya propia, influir en la opinión pública, determinar prioridades, establecer discusiones, adueñarse de la psiquis colectiva y del país y en tal caso quién tiene el ojo puesto?
Como en Orotina y en Facebook, la desgracia corre más rápido que la justicia. ¿Entonces, quién responde por lo que los medios publican? Libertad sin responsabilidad es una ecuación inválida.

Pedro Oller

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