Campaña polarizadora
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 11 enero, 2021
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República
El 2021 será un año de campaña electoral; si por la víspera se saca el día, el PAC ya afina su manual para polarizar. Recordemos que en el 2014 polarizó contra lo tradicional y en el 2018 polarizó contra la religión y con el tema LGBTI.
Hábiles para explotar el sesgo de algunos medios de comunicación y la baja identificación de muchos costarricenses con los partidos políticos, los antiguos representantes de la ética ya empezaron a echar a andar su maquinaria para intentar tener una fuerte influencia en la decisión de los votantes con su lema de siempre: divide y vencerás.
Apelar a la división, e incluso al odio, es un factor heredado desde la campaña de Luis Guillermo Solís y copiado de los regímenes totalitarios de la región; a falta de propuestas concretas y de interés por resolver los problemas que enfrenta nuestra nación, utilizan la táctica favorita de los líderes del partido alentando el miedo, buscando enemigos, culpables.
Adelantando criterio, una opción polarizadora para el PAC será dividir a Costa Rica sobre quién tiene la culpa del estado actual del país; los TLC podrían tener los números ganadores de esa rifa, pues ya hemos visto la posición ideológica de Carlos Alvarado y sus aliados sobre la Alianza del Pacífico, o con los casos de arroz, azúcar y aguacate; esto a pesar de que gracias a los tratados vigentes se expandió la economía, creando oportunidades de empleo y desarrollo para todos. Queda en evidencia que su estrategia está llena de mentiras.
Este pareciera el escenario ideal para el partido de gobierno, que utiliza lo que sea para ganar, pues de nuevo pondría a pelear al pueblo contra el pueblo. Para el PAC, un triunfo en las elecciones es más importante que el país; sabe que una población dividida es terreno fértil para el deterioro de las condiciones para hacer negocios y para la inestabilidad política y social, pero eso no le importa.
Cree que no hay mejor forma de desviar la atención de lo verdaderamente relevante o bien de la ineficacia de sus políticas públicas, que enfrentar a los miembros de la sociedad y motivar a la gente a señalar con su dedo acusador a otros por el solo hecho de pensar diferente.
La estrategia -abierta, evidente y que se usa sin el menor rubor- es buscar que las palabras tengan más efecto que los hechos, que las tormentas en los vasos de agua tengan más fuerza que los huracanes del despilfarro, de la pésima administración de los recursos públicos, del hambre y la miseria que han ocasionado estos siete años de gobierno PAC.
Las maniobras tienen como fin magnificar la expresión de diferencias en temas que consideran sensibles y reducir cuanto puedan el margen para la discusión de ideas, de proyectos vitales que traigan empleo, bienestar y combatan la pobreza, la desigualdad. Sus movidas recientes en la Asamblea Legislativa lo confirman: lo suyo no ha sido alcanzar acuerdos, sino imponer, dilatar, enredar, defender su ideología, perder el valioso tiempo.
Es evidente que su propósito no es informar adecuadamente a la ciudadanía o establecer una agenda país de reactivación de la economía, de progreso, sino que su meta es fortalecer el discurso político que los califica a ellos, los coloca en la cima de intelectualidad y de una supuesta defensa de los derechos humanos, y descalifica a todos los demás.
Espero equivocarme, pero con el tiempo esta gente se vuelve más predecible; sin embargo, esto también es bueno porque da la opción de informar al país sobre cuál es el verdadero culpable de la grave crisis económica y social de Costa Rica: el PAC.