Burocracia costarricense descarriló acuerdo Movistar – Tigo
Redacción La República [email protected] | Lunes 04 mayo, 2020
Rodrigo Araya
Economista independiente
Especialista en telecom
La imagen de Costa Rica podría ser afectada ante los inversores de otras partes del mundo, tras el colapso del acuerdo de compra-venta entre Millicom International y Movistar por la cantidad de trámites involucrados.
La necesidad de obtener el visto bueno de la Controlaría era demasiado para Millicom - matriz de Tigo - que en una situación de incertidumbre rehusó el viernes pasado pagar $571 millones a Movistar para asumir sus operaciones móviles en Costa Rica.
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Mientras no queda claro por qué la Controlaría debió validar algo que no representa ningún cambio, ya que Millicom iba adquirir los mismos derechos y las mismas obligaciones que Movistar, la que desde 2011 ofrece los servicios móviles a cientos de miles de costarricenses.
Tampoco se entiende por qué se presentaban las exigencias burocráticas hasta la fecha programada para el cierre del acuerdo de compra-venta, que ya había sido analizado por el Ministerio de Ciencias, Tecnología y Telecomunicaciones, así como la Superintendencia de Telecomunicaciones.
Se trata de 15 meses desde que inicié la negociación entre Millicom y Movistar.
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En comparación, el mismo proceso entre las mismas partes se resolvió tanto en Nicaragua como Panamá en un tercio de ese lapso.
No se descarta la posibilidad de que la transacción procede, si el Estado pronto le diera certeza a las partes, ya que Millicom parece querer estar en Costa Rica, el único país centroamericano en el cual no ofrece el servicio de telefonía móvil, mientras Telefónica - matriz de Movistar - busca dinero para reducir su deuda.
Sin embargo, las partes por ahora van a litigio, cada una denunciando a la otra por incumplimiento, y con un impacto potencialmente negativo en la imagen de Costa Rica como un lugar para la inversión productiva.