Avalancha de contrabando
María Cisneros [email protected] | Jueves 12 diciembre, 2013
Somos primeros en América Latina
Avalancha de contrabando
Baja en ventas y preocupación llegan a empresarios
La industria dedicada a la comercialización de bebidas etílicas enfrenta el mercado con el mayor problema de contrabando de América Latina.
Dos de cada diez bebidas etílicas que se venden en el país, llegaron al consumidor de forma clandestina, cifra más alta en América Latina.
La oferta del producto ilegal se distribuye por todo el país, y predomina el comercio de whisky, ron y cerveza.
El vino también es parte de la lista, aunque en menor medida.
La materia prima ilegal o alcohol etílico llega tanto por la frontera panameña como la nicaragüense, sin embargo la entrada del producto final está focalizado en la barrera con Panamá.
Ingresar al país mercadería ilegal es cada vez más frecuente y los consumidores se ven atraídos por los bajos precios de estos productos, aunque esto implique comprar una bebida que podría ser de menor calidad.
“Nos está quitando una tajada de ventas a nosotros; el problema es que ha ido creciendo, si nos descuidamos tendremos una situación mucho más seria”, explicó Pablo Carnevae, presidente de la Asociación de Productores e Importadores de Bebidas con Contenido Alcohólico, que agrupa a empresas como Grupo Pampa, Ciamesa y Florida Bebidas.
Por esto, Florida Bebidas tomó la decisión de prescindir de 170 colaboradores el mes anterior, para no restar competitividad a la compañía.
Esta firma no descarta la posibilidad de realizar un próximo recorte, en caso de que la ley no castigue con mayor fuerza esta práctica.
“Nuestro negocio más importante que es la cerveza y bebidas alcohólicas no está creciendo, no está contribuyendo a la rentabilidad de la compañía. Esperamos que no vengan más medidas, pero si el Gobierno no toma cartas, vamos a tener que seguir enfrentando recortes”, dijo Gisela Sánchez, directora de Relaciones Corporativas de Florida Bebidas.
Buscar una solución a este creciente problema es una respuesta que ya pide el sector empresarial.
La raíz del problema llega a un cambio en la Ley de Fortalecimiento de la Gestión Tributaria, donde se cambió el monto mínimo de la mercadería ilícita que puede ingresar al país sin temor de recibir pena de cárcel.
El repunte en el contrabando se da por un cambio en la ley, que desde setiembre avaló que mercaderías con un valor menor a $50 mil, no fueran penadas con cárcel, reduciendo el temor en los contrabandistas.
Por ejemplo, un contenedor de cerveza ronda los $20 mil, y esta mercadería puede ingresar sin temor de recibir una dura penalización.
Por el momento el castigo es una multa o el retiro de la mercadería.
“Antes el contrabando era hormiga, separaban la mercadería y les era más difícil. No creo que el Gobierno se hubiera imaginado que el efecto negativo iba a ser tan rápido. En el caso de Diageo, de cada diez botellas que se traen, seis entran de manera ilegal”, explicó Sánchez.
Por ello, cambiar la legislación actual y controlar en mayor medida la frontera con Panamá serían las principales soluciones que busca el sector empresarial.
Además, la alta carga impositiva que maneja el país para las bebidas alcohólicas también incentiva el ingreso de este producto desde Panamá.
El comerciante de licores enfrenta el segundo impuesto más alto de la región, que ronda los $60 por hectolitro; monto solo superado por Brasil por $1.
María Fernanda Cisneros
[email protected]
@mcisnerosLR