Atún tico para pescadores ticos
Enrique Uribe [email protected] | Martes 21 julio, 2020
Costa Rica tiene una riqueza en atún como pocos países en el mundo. El problema es que la mayoría de esa riqueza nos la roban barcos extranjeros con métodos industriales sumamente dañinos para el ecosistema marino. En dos platos, nos roban recursos económicos al mismo tiempo que generan daños ambientales. Y digo que nos roban esos recursos porque al final del día nos pagan una miseria por licencias de pesca que les permite extraer miles de toneladas bajo prácticamente ninguna regulación ambiental. Según datos de INCOPESCA, los barcos extranjeros extraen más de 25.000 toneladas de atún al año. Entre el 2008 y el 2011 nos pagaron solamente US $37 por tonelada de atún capturada en nuestro mar. En cambio, la tonelada de atún fresco se vende por más de US $6000 en el mercado internacional.
Cortesía Andrés Berrocal/La República
Además, el método de pesca con redes cerco utilizado por estos barcos mata miles de delfines, tiburones y tortugas cada año. Es una práctica pesquera absolutamente insostenible realizada por barcos extranjeros con tripulaciones extranjeras a cambio de pocas ganancias socioeconómicas para nuestro país. Una historia que parece ajena a nuestra identidad nacional.
Mientras tanto, las comunidades costeras de Costa Rica se encuentran en la peor situación socioeconómica que jamás hayan enfrentado. En los últimos meses, han visto como sus empleos desaparecen y como los negocios quiebran. De costa a costa, el grito de la desesperación suena cada vez más fuerte. Y es justamente en medio de esa impotencia que muchos volvemos a ver al Mar como una base fértil para crear una economía azul sostenible que genere mayores oportunidades para todos en las comunidades costeras de Costa Rica.
El año 2014 marca un importante hito para esta historia. Antes del 2014, el atún no era tan abundante a como lo es hoy en la línea costera de nuestro país. Esto, debido a que atuneros extranjeros tenían permiso de pescar libremente por nuestra zona económica exclusiva (ZEE). Con fundamento científico y anecdótico, los pescadores costarricenses reclamaban que el impacto ambiental de la flota atunera industrial estaba deteriorando la pesca en el territorio nacional. Por lo tanto, bajo el “Decreto de Ordenamiento para el Aprovechamiento de atún y especies afines en la Zona Económica Exclusiva del océano Pacífico costarricense” se protegió un total de 200,000 kilómetros cuadrados de la actividad atunera al prohibirse la pesca con redes de cerco. Las áreas de protección que se crearon incluyen las primeras 40 millas desde la costa, las aguas alrededor de la Isla del Coco y otras zonas de reproducción de delfines. De acuerdo con este decreto, solamente la flota nacional puede pescar en estas áreas usando prácticas que excluyen las redes de cerco.
Al entrar en vigor el decreto, la pesca de atún en las aguas costeras ticas incrementó de manera importante. A menos de una hora en lancha de la costa, durante más de 300 días del año, se puede pescar atún de calidad mundial en Costa Rica. Esto no solo permitió que los operadores de pesca turística empezaran a ofrecer la pesca de atún como un tour más, sino que también generó una nueva cadena de valor para los pescadores comerciales costarricenses. De ahí nació el dicho “Atún tico para pescadores ticos”. Además, varios estudios demuestran que este decreto ha generado una disminución significativa en la pesca incidental de especies como el marlín y un incremento en el avistamiento de delfines. Tan fácil como ver alguno de los recientes documentales que nos enseñan las manadas de miles de delfines nadando libremente en el Pacífico de Costa Rica.
Por todo esto, es importante que recuperemos el control de nuestro Mar. Debemos crear oportunidades socioeconómicas para nuestras comunidades, especialmente, en medio de la crisis que nos abruma. Es por eso que debemos extender la franja protegida y sacar a la flota atunera industrial a 60 millas de nuestra costa (proyecto No. 21.316 en la Asamblea Legislativa o por decreto ejecutivo). Al mismo tiempo, promover un aprovechamiento sostenible del atún por parte de la flota costarricense. La flota nacional es capaz de utilizar métodos sostenibles para capturar atún fresco que es comercializado en mercados internacionales; creando así cadenas de valor agregado en nuestros productos pesqueros. Ya el sector de palangre costarricense lo ha estado implementado con éxito. La flota de pesca deportiva también puede aprovechar de más abundancia en sus especies de interés como los picudos, el dorado y el atún. De esta manera, alistándonos para la reapertura al turismo como uno de los mejores destinos de pesca deportiva en el mundo. Vale mencionar que la pesca deportiva aporta aproximadamente US $500 millones anuales a la economía costarricense según un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Ciencias Económicas de la UCR en el 2008.
En conclusión, los números no mienten. Se estima que actualmente la flota nacional captura solamente el 5% del atún que se extrae en aguas nacionales mientras que el resto lo aprovecha la flota industrial extranjera. ¿y si le damos la vuelta a esos números? ¿y si promovemos el aprovechamiento sostenible de nuestros recursos pesqueros como medida de reactivación económica?
Ampliemos las áreas que excluyen a los atuneros extranjeros que tanto daño nos hacen e impulsemos una flota pesquera costarricense capaz de aprovechar nuestros recursos marinos de manera sostenible y responsable; generando así mayores oportunidades para nuestras comunidades costeras.
Enrique Uribe Herrera
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