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FORO DE LECTORES


Adaptación al cambio en un mundo de inteligencia artificial y nuevas formas de trabajo

Carlos Morales Navarro [email protected] | Martes 11 julio, 2023


Carlos Morales  Socio  Grupo Camacho Internacional


Carlos Morales

Socio

Grupo Camacho Internacional

No existían las calculadoras cuando estudiaba. Fue hasta que era junior que aparecieron los primeros aparatos. ¡De terror! Sus compañeros de oficina horrorizados. El fin de una profesión.

Luego vino la computadora, con sus pantallas de fondo negro y letras naranjas o verdes. ¡Qué innovación! Ahora sí que había llegado el fin…

Tiene casi 70 años. Es una inglesa canosa, de acento fuerte. Ese que nos recuerda la riqueza de su idioma. Susan vive en Manchester, casi siempre trabaja desde casa y es socia de Duane Morris, lo que le llevó a compartir con los miembros de HLB Internacional en nuestra última conferencia global.

Vivió las primeras versiones de Excel y ha visto una y otra vez cómo aparecen nuevos softwares para que su equipo de contadores y abogados resuelvan temas de negocios y leyes en múltiples países e industrias.

Cada nuevo software, con una nueva crisis para algunos…

¡Trompetas de apocalipsis! ¡Una y otra vez!

En cuestión de 5 minutos Susan tomó control de la conversación y nos dio cátedra sobre la adaptación al cambio a cuatro colegas con 10, 20, 30 y hasta casi 40 años de diferencia.

Chat GPT y la inteligencia artificial abrió nuestro almuerzo informal en Madrid. Un tema interesante, ya un poco trillado, polémico, que levanta dudas y que suele abordarse desde un planteamiento superficial y poco estudiado (pronto me explicaré sobre esto último).

Su posición es tajante y simple: Han ido y venido cambios, se ha revolucionado la tecnología y aquí seguimos… todos con trabajo. Lo que es mejor, con trabajo que es cada vez más interesante y entretenido, explicaba. En su empresa ella es quien invita a la exploración de oportunidades utilizando los modelos grandes de lenguaje o LLMs (por sus siglas en inglés), como ChatGPT.

¡Y vaya empeño! Por lo que muestra, encontrarán la manera de sacarle provecho, por mucho antes de que algún miembro de su equipo se paralice por el miedo.

El tema fue apenas un abrebocas. El inicio de una explosión de sabiduría para ubicar a más de uno en los tiempos en que vivimos.

Ya conté que trabaja desde casa y lo hace porque aprendió a escuchar. Escucha, escucha y escucha.

A su equipo, al mercado laboral, a sus clientes.

No forzó un regreso a oficinas luego de la pandemia por COVID 19. Comprendió que si desea el mejor talento en su compañía debe estar dispuesta a la flexibilización. Encontró la posibilidad… Con el verdadero teletrabajo se amplió su rango de impacto en el mercado laboral.

¿Vive fuera de Manchester? ¡No hay problema! ¿Debe viajar a otro país? ¡No hay problema!

En la mesa le cuestionamos: Al final, la pandemia ya pasó y muchos han vuelto o piensan volver a sus oficinas.

Ella, clara de su decisión, explica:

¿Si fuimos tan productivos durante la pandemia? Si cada quién continuó trabajando, completando sus reportes de horas, entregando reportes de calidad, innovando y proponiendo nuevas ideas. ¿Por qué no habrían de hacerlo una vez finalizada la emergencia?

Claro, en la conversación abordamos el asunto de la cultura, que es más difícil de lograrlo a distancia… que cómo hacer con las personas nuevas, ¿cómo se les enrola en la compañía? ¿Que qué hacemos para X, Y o Z cosa?

Para todo, Susan tenía respuestas simples.

¿Acaso no trajimos nuevas personas a la organización durante la pandemia? ¿Acaso no tenemos nuevos compañeros fuera del país de cuando en cuando? Es distinto, cierto, pero es eso… Distinto. Basta con acomodarse a nuevas formas de trabajo… ya no por obligación, sino por convicción.

Ella y su equipo laboran en un horario completamente flexible.

Los colaboradores laboran donde deseen y ven la oficina como un hub. Un punto de encuentro para cuando lo necesiten. Cada uno va el tiempo que lo considere necesario, simplemente reserva un escritorio con antelación.

Las reuniones de departamento se planifican para evitar choques y falta de espacio.

Los miércoles siempre procuran tener algo, una reunión, una capacitación, algún tema que sea de relevancia. Todos lo saben y pueden llegar a participar. Quienes por agenda o distancia no pueden, tienen la posibilidad de conectarse por videollamada.

¿Qué ni aún así lo logró? Si le interesa y desea ponerse al día, el colaborador verá la grabación. ¡Fácil! Sin tanta vuelta…

Ella, consciente de que la interacción humana es relevante, ahora tiene una dinámica muy distinta cuando va a la oficina. Mapea quiénes están en las instalaciones y con base en ello propone reuniones.

No importa el rango de jerarquía o si ella ha estado involucrada o no en los proyectos de esa persona. Simplemente valida con el superior a cargo, comprende un poco el estado de las cosas y ¡manos a la obra!

Se acerca al colaborador, consulta cómo le ha ido y le invita a conversar o revisar X o Y tema… En muchísimos casos se convierte en espacios valiosos… ¿Qué el colaborador no lo desea? No hay problema… Algún día será.

Mientras la escuchaba venían mil ideas y preguntas a mi cabeza, sobre todo entremezcladas con los cientos de artículos y opiniones que he leído sobre espacios de trabajo híbrido.

Quienes estábamos en la mesa también interactuábamos.

Al madrileño casi que le explotaba la cabeza… para ellos ha sido un volver por completo, digamos que casi obligatorio, a sus oficinas.

Julia, una alemana con altos niveles de empatía, tiene una política bastante cercana a la de Susan, pero con algunos ajustes. Ella tiene días obligatorios y para los nuevos ingresos se asegura de tener un proceso de inducción presencial, para el que requiere de un rol de equipo de liderazgo en la oficina, siempre debe haber alguien junto a ellos.

Nosotros, en Grupo Camacho Internacional, tenemos una combinación de prácticamente todos planteamientos en la mesa.

Parte de nuestro equipo, los más nuevos y en etapa de formación están de lunes a jueves en la oficina, salvo casos con excepciones por estudio o asuntos personales. Otro grupo participa en un rol bisemanal en el que en una semana deben asistir dos días y en la siguiente semana, tres días. El resto del tiempo lo trabajan desde casa.

Nuestros coordinadores de precios de transferencia se distribuyen entre ellos para asistir uno por día entre el lunes y el miércoles y, finalmente, Socios y Directores trabajamos a diario desde nuestras oficinas en San Pedro.

¿Está bien o mal como lo hemos hecho hasta ahora?

Yo diría que ha funcionado, con sus bemoles y, por supuesto, con aspectos positivos y asperezas que hasta ahora hemos logrado sortear.

¿Qué si debemos cambiar y adoptar una política como la de Susan en Manchester?

Habría que pensarlo, analizarlo. Lo importante es recordar que el cambio (casi) siempre es bueno… y si no lo es, basta con echar marcha atrás.

Escuchando a todos mi conclusión fue simple, como las respuestas de Susan…

El planteamiento de ella tiene matices darwineanos… ¿y quiénes somos nosotros para ir en contra de la naturaleza?

Esa flexibilidad absoluta que ella ha confiado a su equipo trae réditos, le da resultados y le permite trabajar con gente que ve el mundo de una manera similar.

Simple selección natural, si nuestro equipo es un equipo maduro, con consciencia y compromiso en lo que está haciendo lo logrará. Hará su trabajo de excelente manera, no importa si está en su casa, en Jacó o en China.

Si un miembro no cumple con ello, el equipo y la organización deberían tener los recursos para identificarlo o, incluso él mismo, se dará por excluido.

Cambio a partir de la escucha, sin tantas vueltas… Tal como debemos abordar a la “novedosa” inteligencia artificial.

Les dije que hablaría de los LLM más adelante y aquí vamos:

¿Qué tiene distinto ChatGPT o similares? ¿Por qué ahora sí que todos sentimos este boom y nos vemos urgidos por hablar de inteligencia artificial a pesar de que vivimos con ella desde hace una buena cantidad de años?

¿Por qué de un pronto a otro dejó de ser una frase que usábamos como ciencia ficción para convertirse en frenesí y apocalipsis?

Mi teoría – no estudiada – de científico social, me dice que es por humanizar la inteligencia artificial en exceso.

Lo conversé hace unos meses con mi hermano, otro científico social, pero que, en su caso literalmente vive estudiando los avances de la inteligencia artificial y digamos que, en términos generales, concuerda. Resumo lo discutido y leído hasta la saciedad.

La inteligencia artificial y la manera en que consumimos tecnología como la empleada por ChatGPT nos acerca en exceso a dinámicas usuales entre humanos… eso nos confunde.

Genera ansiedad para contrarrestar la falta de entendimiento del proceso que ejecuta la plataforma. Por desconocer a fondo los entretelones técnicos le damos una serie de cualidades supersticiosas y superpoderosas que nos ponen a dudar de nuestra capacidad como seres humanos.

Estos softwares se esfuerzan por evitar aclarar cómo, cuándo y de dónde están tomando los datos que nos responden y, sobre todo, cómo cada vez logran mayor velocidad, mayor conocimiento y mayor capacidad de análisis.

Estos chats de LLM tienen millones de conexiones de base de datos, desde donde se alimentan, pero, por ahora, no generan conocimiento. Es decir, consumen, no descubren o crean.

Por eso hasta cólera da cuando salen nuevas noticias al estilo “ChatGPT completó X o Y examen en Z cantidad de tiempo”

¡Por supuesto! Si cada día, cada minuto, cada segundo tiene más y más conexiones de adónde tomar información. No quiero entrar en temas éticos de por medio, no es la idea en este artículo, pero si es un tema que le interesa, o desea entender un poco más, le recomiendo un video titulado “Imitación vs innovación: Lo que niños pueden hacer que los LLM no pueden” disponible en Youtube.

¿A qué voy con la inteligencia artificial? A lo discutido al inicio del almuerzo con Susan… A los cambios constantes y nuestra adaptación a ellos.

Las nuevas tecnologías llegan cada día, y su adopción se da con cada vez mayor velocidad, pero nosotros, los humanos, siempre tendremos la capacidad de adaptarnos y transformar o cambiar nuestro trabajo.

Sucedió en el pasado lejano, con la aparición de la imprenta. Sucedió entre los 80s y 90s con el surgir de las computadoras… seguirá sucediendo una y otra vez.

¿Cómo reaccionará usted a los próximos cambios? ¿Cómo le sacaremos provecho para su negocio? Conversemos.







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