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Actividad que se regula, actividad que se CORROMPE 2

Humberto Pacheco [email protected] | Martes 15 septiembre, 2015


El presupuesto nacional se vuelve descomunal y el gobierno exige más impuestos para seguirlo amamantando

Trotando Mundos

Actividad que se regula, actividad que se CORROMPE 2


Tomamos distancia de un comentario irrespetuoso para don Huber Matos, uno de los más grandes héroes de la Revolución Cubana, por doña Claudia Barrionuevo. Mediante un juego de palabras con el nombre de UBER, teje un mal chiste, convenientemente omitiendo mencionar que don Huber pasó buena parte de su vida en la cárcel de Fidel Castro por oponerse a esa sangrienta dictadura.  
Continuamos señalando los gravísimos alcances del comentario del Presidente. La concesión limitada de placas para el transporte público de personas ha resultado un dechado de corrupción. Un grupo de empresarios sucios, apoyados en un grupo de políticos sucios, se adueñaron de dichas placas a contrapelo de la ley, dejando apenas unas cuantas para la minoría de los pequeños empresarios en función de un carro, un propietario, una placa.
Convirtieron esto en un negocio trillonario para los acaparadores. No lo decimos nosotros; lo dice un grupo de taxistas pequeños que luchan por competir contra esa gigante conspiración.
De ahí resultan los taxistas piratas, personas que quedaron fuera del botín que se llevaron unos pocos. Para resolver eso a la tica, reinventaron la rueda: un número limitado de permisos especiales para los piratas bajo la modalidad de Seetaxis. ¿Resultado? Estos cayeron en manos de los mismos corruptos para más de lo mismo. Peor aún, como eso afectó el otro negocio, echaron atrás en el número de Seetaxis, dejando a muchos de los pequeños guindando.
El propio gerente general de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz denunció el pésimo manejo de ésta bajo Pablo Cob, algo que se veía desde muy largo. Inversiones multimillonarias en proyectos sobrevalorados que no funcionaron. ¿Adonde fueron a parar esos excesos?
Igual que el centro de cómputo del ICE, cuyo costo de mercado de veinte millones se volvió noventa millones de dólares bajo las barbas de los tontos ticos, sin que siquiera produzcan réditos y a recuperarse cuando León Cortés baje el dedo. ¿Adonde se fueron los setenta millones de dólares, ingenuos ticos?
Repetir que el ICE compra energía en Centroamérica por millones de dólares, once centavos de dólar más caro por unidad que la que producen los productores privados locales, pero objeta ferozmente a que a éstos se les aumente la participación de mercado, es redundar. ¿Alguien no ve que en esos once centavos, equivalentes a millones de dólares, van jugosos chorizos?
La prensa y la televisión hacen innecesario seguirles narrando. Quien no esté al tanto no tiene interés en su país. Resultado: el presupuesto nacional se vuelve descomunal y el gobierno exige más impuestos para seguirlo amamantando.
Del prestigioso economista Luis Mesalles: “No es tan cierto que …sea la misma cobija del año pasado. Tener que pagar menos deuda no significa que [se] está ahorrando. Lo que no se amortiza hoy, tendrá que amortizarse mañana…. No queda más que entrarle a la parte estructural… como hacer que el Estado pague salarios adecuados a los empleados públicos. Sino, a pagar más impuestos.” Continúa.

Humberto Pacheco A.
[email protected]

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