Enero político
Arnoldo Mora [email protected] | Viernes 25 enero, 2013
El fondo (de los informes de los notables y de otros grupos) es lo que más importa, pues allí se trasluce el ideal de país y el tipo de Estado que subyace en ese conjunto de reformas
Enero político
Tradicionalmente conocido por su “cuesta”, enero también lo es por algo más placentero como es el disfrute de las vacaciones al comienzo del verano. Sin embargo, este enero no ha sido de vacaciones para la clase política, porque se inicia un nuevo año electoral, lo que obliga a los partidos a elegir a sus candidatos en la primera parte del año para, en la segunda, dedicarse a hacer proselitismo. Los partidos muestran un activismo febril con el fin de cumplir con las prescripciones legales.
Pero lo que más me llama la atención es el hecho de que grupos diversos de ciudadanos llevan ya varios meses organizándose para proponer a sus conciudadanos una nueva manera de gerenciar la cosa pública, e, incluso, una reforma, más o menos profunda del Estado.
Con ello se reconoce que la crisis económico-social, que ha llevado al pueblo en reiteradas ocasiones a tomarse las calles, ha trascendido el ámbito de lo meramente reivindicativo y ahora se sitúa en el campo de lo político, es decir, en la acumulación y ejercicio del poder en vistas a dirigir los destinos de la nación.
Es evidente que el “orden político” imperante en el país desde 1949 y su Constitución ya se muestra obsoleto. Costa Rica se ha lanzado en un proceso que, en lo personal considero irreversible, de cambios en todas las esferas de la vida nacional.
No en vano hemos entrado en un nuevo siglo que nos pone en los dinteles de una nueva etapa histórica de nuestra vida republicana.
Es dentro de este contexto que debemos analizar las propuestas, tanto de una “Comisión de notables”(?) nombrada por la presidenta y que acaba de entregarle el resultado de sus deliberaciones, como de diversos grupos de ciudadanos no menos notables que, en forma espontánea y patriótica, están haciendo propuestas que también deben ser tomadas en cuenta con igual interés. Quedará para otra ocasión analizarlas más en detalle, porque las medidas que se sugieren en esos documentos son serias y numerosas, pero muy variadas y, por ende, de disímil importancia.
Hasta el presente, los medios han destacado tan solo aquellas propuestas que suscitan más controversia. Pero todos estos documentos y las propuestas que contienen deben verse en su conjunto.
Considero un error metodológico y una actitud acrítica y, por esta razón, sujeta a inspirarse en prejuicios ideológicos, el ver las propuestas aisladamente .
No fue la intención de sus autores, por lo que es peligrosamente distorsionante verlas tan solo puntualmente, porque se corre el riesgo de juzgar las propuestas tan solo a la luz de los intereses particulares o de egoísmos grupales sin analizar el transfondo ideológico de las mismas.
Pero el fondo es lo que más importa, pues allí se trasluce el ideal de país y, en concreto, el tipo de Estado que subyace en ese conjunto de reformas.
Tampoco deben verse esos documentos fuera del contexto nacional e internacional. Ese contexto nos obliga a analizar con igual detenimiento las propuestas de todos los grupos e, incluso, los programas de gobierno que los partidos harán a los ciudadanos.
Se deben analizar las propuestas con espíritu patriótico, porque en buena parte de las decisiones que hoy se tomen está en juego el futuro de la Patria.
Arnoldo Mora
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