Cartago y La Ratonera
Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 27 mayo, 2013
Cuando esta fiebre del campeonato haya pasado, es decir esta semana, les recomiendo otro entretenimiento que tiene emociones, intriga y disfrute: el teatro
Cartago y La Ratonera
Los que me conocen saben que el fútbol me apasiona tanto como ir al salón de belleza. O sea: nada. De vez en cuando tengo que ir a cortarme el pelo; espero que la experiencia sea siempre breve. Nunca me veo obligada a ir al estadio; me alegra.
Todas las mañanas leo el periódico durante el desayuno; me detengo cuando inician las páginas deportivas.
Conozco, sin duda, los nombres de muchos jugadores famosos tanto del mundo como de Costa Rica; han sido evidentes para mí por sus logros en otros campos, por su belleza o por sus escándalos. Pertenecen a otras páginas de los diarios.
Ojo: no desprecio el deporte. Simplemente ninguno mueve mis emociones. Sin embargo…
Domingo 19 de mayo en la noche, me preparo para ir al teatro. Mi amigo Walter, poco fanático del fútbol pero hombre al fin, quiere ver la final entre Heredia y Cartago. Heredia va ganando 1 a 0 cuando me siento a limarme las uñas frente al televisor. Cartago mete dos goles. Termino mi tarea y subo a terminar de maquillarme. A mi regreso me sirvo un café y me ubico nuevamente ante la pantalla. Sigo sin entender nada y poco me entretengo pero el Cartaginés anota por tercera vez. Ya mi hija Manuela y Walter están convencidos que mi presencia es una especie de agüizote y me impiden levantarme. Espero que el partido termine pronto para irme.
Algunas reflexiones:
1- A pesar de mi desinterés por el fútbol mis simpatías siempre recaen en los perdedores; sentí que Cartago merecía ganar.
2-La provincia de Cartago provoca en mi una extraña fascinación en la que se mezclan la admiración y la indignación.
3- Si en los primeros lustros del tercer milenios Estados Unidos tiene su primer presidente negro, los ticos las primeras mujeres en el primer y tercer poder de la República y en el Vaticano, un Papa no solo latinoamericano, ¡argentino! , ¿no debería haber pasado la famosa maldición de los cartagos y que sean por fin campeones luego de años?
Como siempre que pasa algo importante durante el fin de semana (elecciones de todo tipo y en casi todo el mundo, finales deportivas, referendum, etcétera…) yo debo entregar mi columna del lunes el viernes anterior, por lo tanto especulo. No importa, mi oficio se trata en gran medida de especular.
Confío en que esta mañana amanezcamos con un Cartago campeón de fútbol. Desde ahora prometo que me sentaré a tejer el sábado ante el televisor.
Y, sin lugar a dudas, cuando esta fiebre del campeonato haya pasado, es decir esta semana, les recomiendo otro entretenimiento que tiene emociones, intriga y disfrute: el teatro.
Vayan a ver “La ratonera” de Agatha Christie en el Teatro Variedades; altamente recomendada por su excelente producción y sus notables actuaciones. Si la noche del domingo me alegré con el gane de la final del campeonato de verano, luego disfruté con el trabajo de mis compañeros y amigos. Los invito a que ustedes también disfruten.
Claudia Barrionuevo
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