Caja: aumenta en consultorías y recorta en hospitales
Oscar Rodriguez [email protected] | Miércoles 09 mayo, 2012
Crece un 43% contratación de servicios en cinco años
Caja: aumenta en consultorías y recorta en hospitales
Rebaja en centros médicos de ¢15 mil millones
En momentos en que los hospitales públicos sufren recortes, la Caja Costarricense de Seguro Social aumentó su gasto en consultorías y compra de servicios.
El dinero destinado a la subcontratación de médicos, abogados, economistas e informáticos creció en un 43%, en términos reales, en los últimos cinco años.
Mientras que los recursos para inversión en la mejora de la atención de los asegurados volvieron al nivel de 2007, a raíz de los ajustes presupuestarios implementados por la crisis financiera en la institución.
LA REPUBLICA envió unas consultas sobre el tema a la institución, pero no hubo respuesta.
Las organizaciones de médicos llevan varias semanas denunciando que el plan de contingencia de la Caja afecta la atención en hospitales y clínicas públicos.
Los recursos girados para la administración de estos centros médicos han disminuido hasta en un 20%.
En los 14 principales hospitales y las seis clínicas más grandes hubo una disminución de casi ¢15 mil millones, de los recursos solicitados.
Los recortes afectan la atención de los asegurados y la calidad de la salud, advierte la Contraloría General de la República.
Los servicios afectados por los recortes son aquellos que necesitan el pago de especialistas como pediatras, cirujanos, obstetras, anestesiólogos y de medicina interna.
Hay un riesgo alto de que las clínicas y hospitales no puedan atender las consultas y emergencias a partir de julio, denunció el Colegio de Médicos.
“No existen recursos económicos suficientes para cubrir todos los servicios y en algunos centros médicos el dinero se acabará en cuestión de días”, afirmó Alexis Castillo, presidente del Colegio.
Sin embargo, la Caja lo niega, y argumenta que se trata de medidas para una mayor eficiencia en la ejecución presupuestaria, de manera que el plan de gastos se ajuste a la productividad de los centros hospitalarios.
Mientras esta situación ocurre a nivel hospitalario, la contratación de servicios a terceros no deja de crecer, pese a la crisis financiera de la institución.
La Caja estableció, desde 2007, que solo en casos excepcionales haría subcontratación de servicios.
Sin embargo, los montos destinados a los servicios de apoyo se han incrementado con los años y suman, en los últimos cinco, ¢344 mil millones.
El crecimiento en las contrataciones ocurrió en el mismo periodo en que la Caja sumó casi 11 mil nuevos empleados a su planilla.
Pese a esta situación, ninguna de las medidas ha conseguido disminuir las listas de espera que ascienden a más de 450 mil expedientes.
La Caja debe interiorizar muchos servicios médicos que hoy subcontrata, algunos como los aceleradores lineales, argumenta el Informe de Notables que revisó la situación de la entidad autónoma.
Por ahora, la institución no cuenta con ningún plan concreto para disminuir el gasto en consultorías y contrataciones de servicios.
Por otro lado, donde la institución sí aplicó el bisturí fue en sus inversiones.
Para este año hubo un decrecimiento en este rubro cercano al 10%, comparado con el de 2011.
Incluso los recortes han provocado que la inversión de este año sea equivalente, en términos reales, a la que hizo la institución en 2007.
La Caja comenzó, hace cuatro años, una disminución de los montos asignados a maquinaria y equipo hospitalario; así como a construcción y mejora de centros médicos.
“Se esperaría que las inversiones mantengan una tendencia creciente, de manera que ejerzan un impacto positivo en la atención de la salud”, argumentó la Contraloría.
Dentro de la estructura de gastos de la institución, la inversión representa menos del 3% del presupuesto.
Mientras que los salarios son, junto con el pago de cesantía, el 60% del dinero de la entidad.
Para este año la Caja cuenta para sus funciones con ¢2,1 millones de millones, dos veces los recursos del Gobierno de Nicaragua.
Los problemas financieros de la institución, que generan los recortes actuales, comenzaron a partir de 2010 cuando cayeron sus ingresos.
La tasa de crecimiento de los recursos que entraban a la entidad fueron del 3,4% entre 2010 y 2011; mientras que durante el periodo 2007-08 ascendían a casi un 10%.
Sin embargo, los gastos de la entidad mantuvieron su tasa de variación interanual de un 20%, con lo cual la administración tuvo que utilizar el superávit para cubrir su operación.
El incremento de la planilla de la institución fue la razón de este desfase financiero.
Oscar Rodríguez
[email protected]
Caja: aumenta en consultorías y recorta en hospitales
Rebaja en centros médicos de ¢15 mil millones
El dinero destinado a la subcontratación de médicos, abogados, economistas e informáticos creció en un 43%, en términos reales, en los últimos cinco años.
Mientras que los recursos para inversión en la mejora de la atención de los asegurados volvieron al nivel de 2007, a raíz de los ajustes presupuestarios implementados por la crisis financiera en la institución.
LA REPUBLICA envió unas consultas sobre el tema a la institución, pero no hubo respuesta.
Las organizaciones de médicos llevan varias semanas denunciando que el plan de contingencia de la Caja afecta la atención en hospitales y clínicas públicos.
Los recursos girados para la administración de estos centros médicos han disminuido hasta en un 20%.
En los 14 principales hospitales y las seis clínicas más grandes hubo una disminución de casi ¢15 mil millones, de los recursos solicitados.
Los recortes afectan la atención de los asegurados y la calidad de la salud, advierte la Contraloría General de la República.
Los servicios afectados por los recortes son aquellos que necesitan el pago de especialistas como pediatras, cirujanos, obstetras, anestesiólogos y de medicina interna.
Hay un riesgo alto de que las clínicas y hospitales no puedan atender las consultas y emergencias a partir de julio, denunció el Colegio de Médicos.
“No existen recursos económicos suficientes para cubrir todos los servicios y en algunos centros médicos el dinero se acabará en cuestión de días”, afirmó Alexis Castillo, presidente del Colegio.
Sin embargo, la Caja lo niega, y argumenta que se trata de medidas para una mayor eficiencia en la ejecución presupuestaria, de manera que el plan de gastos se ajuste a la productividad de los centros hospitalarios.
Mientras esta situación ocurre a nivel hospitalario, la contratación de servicios a terceros no deja de crecer, pese a la crisis financiera de la institución.
La Caja estableció, desde 2007, que solo en casos excepcionales haría subcontratación de servicios.
Sin embargo, los montos destinados a los servicios de apoyo se han incrementado con los años y suman, en los últimos cinco, ¢344 mil millones.
El crecimiento en las contrataciones ocurrió en el mismo periodo en que la Caja sumó casi 11 mil nuevos empleados a su planilla.
Pese a esta situación, ninguna de las medidas ha conseguido disminuir las listas de espera que ascienden a más de 450 mil expedientes.
La Caja debe interiorizar muchos servicios médicos que hoy subcontrata, algunos como los aceleradores lineales, argumenta el Informe de Notables que revisó la situación de la entidad autónoma.
Por ahora, la institución no cuenta con ningún plan concreto para disminuir el gasto en consultorías y contrataciones de servicios.
Por otro lado, donde la institución sí aplicó el bisturí fue en sus inversiones.
Para este año hubo un decrecimiento en este rubro cercano al 10%, comparado con el de 2011.
Incluso los recortes han provocado que la inversión de este año sea equivalente, en términos reales, a la que hizo la institución en 2007.
La Caja comenzó, hace cuatro años, una disminución de los montos asignados a maquinaria y equipo hospitalario; así como a construcción y mejora de centros médicos.
“Se esperaría que las inversiones mantengan una tendencia creciente, de manera que ejerzan un impacto positivo en la atención de la salud”, argumentó la Contraloría.
Dentro de la estructura de gastos de la institución, la inversión representa menos del 3% del presupuesto.
Mientras que los salarios son, junto con el pago de cesantía, el 60% del dinero de la entidad.
Para este año la Caja cuenta para sus funciones con ¢2,1 millones de millones, dos veces los recursos del Gobierno de Nicaragua.
Los problemas financieros de la institución, que generan los recortes actuales, comenzaron a partir de 2010 cuando cayeron sus ingresos.
La tasa de crecimiento de los recursos que entraban a la entidad fueron del 3,4% entre 2010 y 2011; mientras que durante el periodo 2007-08 ascendían a casi un 10%.
Sin embargo, los gastos de la entidad mantuvieron su tasa de variación interanual de un 20%, con lo cual la administración tuvo que utilizar el superávit para cubrir su operación.
El incremento de la planilla de la institución fue la razón de este desfase financiero.
Oscar Rodríguez
[email protected]